EL CAMINO HACIA UN NUEVO MODELO CONSTITUCIONAL MEXICANO.
El modelo rector del Estado Mexicano está
fundado en una Constitución que se acerca
a cumplir 100 años, sin lugar a dudas, en el momento de su creación se trató de
un documento paradigmático en cuanto a su contenido y alcances, con un copioso
contenido social y cargado del ánimo revolucionario que cinceló el perfil de
México por casi 80 años. Hoy ese modelo se está agotando.
La cantidad de reformas a nuestro texto
constitucional ya supera las 573[1] y en cuanto a su extensión,
ya incluye poco más del doble del texto original.[2]
Tan solo al corte del primer año de gobierno del Presidente Lic. Enrique Peña
Nieto, se han generado reformas estructurales que modifican algunos de los
artículos más representativos del texto constitucional, alejándolo cada vez más
de su espíritu original, en un ejercicio que supone la actualización del Estado
Mexicano, basándolo, sin embargo en un texto original que se aproxima al
centenario.
Cada vez más juristas e intelectuales se
pronuncian por la necesidad, no ya de reformas denominadas estructurales o
políticas, si no a la producción de un nuevo texto constitucional, que compile
los ideales y objetivos que México persigue para su desarrollo. Pensar en la
Constitución como un “ideario” más que como en un compendio de normas, incluso
en ocasiones, reglamentarias de su mismo articulado, propone un reto a la
tradición constitucional mexicana, y supone, a su vez, un desafío a nuestro
modelo democrático.
El fortalecimiento del Estado Constitucional
de Derecho en nuestro país, será resultado de la adopción de un nuevo texto
constitucional, basado en un modelo neoconstitucional de corte garantista, que
represente los ideales perseguidos por el pueblo mexicano y que a su vez,
desarrolle nuevas plataformas políticas, democráticas, fiscales y sociales,
para articular los ejes del desarrollo de un país que, habiendo siempre tenido
riquezas naturales y humanas, se ha visto limitado por no contar con el marco
normativo adecuado para su desarrollo.
Sin duda una de las áreas de mayor impacto en
el cambio de modelo constitucional será el tema de la democracia, México, un
país con un sistema presidencialista importado de Norteamérica, pero
“tropicalizado” y por muchos años en manos de un partido hegemónico, apenas ha
iniciado hace poco más de 12 años, tambaleante, sus primeros pasos a un régimen
verdaderamente democrático, el fortalecimiento y consolidación de la democracia
en nuestro país no puede tomar como punto de partida la propia Constitución que
dio sustento por tantos años al régimen presidencialista de partido “único”.
Entender una nueva democracia en nuestro país, conlleva concebirla a partir de
un nuevo modelo de Estado, respetuoso de los derechos humanos, las garantías y
los individuos.
[1] Cifra actualizada a noviembre 27 de diciembre del 2013, vid:
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/sumario/CPEUM_sumario_art.pdf
[2] Discurso pronunciado por el Dr. Diego Valadés, Director del
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM en el marco de la
inauguración del Congreso de Derecho Constitucional el 12 de febrero de 2002.
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