AUTOPSIA PSICOLOGICA
INTRODUCCION
El término
“autopsia” es definido por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española,
en su segunda acepción como: Examen analítico
minucioso[1]; así mismo, define a psicología como la ciencia que estudia los procesos mentales
en personas y animales[2].
Aplicado a los
procesos de investigación que realizan las instituciones de procuración de
justicia este estudio se relaciona con el ámbito forense. El término “forense”
hace referencia a cualquier cosa relacionada o potencialmente relacionada con
la ley o la aplicación de la misma.
Por tanto, los
psicólogos que intervienen en procesos de aplicación de justicia se denominan
psicólogos forenses. La siguiente definición aplicable a los psicólogos
forenses fue propuesta por Ronald Roesch (Birmingham, 1999, P. 279): “La mayoría de los psicólogos definen que
están más inclinados a referirse a ellos mismos como psicólogos clínicos que
están involucrados con la practica dentro del sistema legal”.
Los procesos que
desempeñan los psicólogos forenses van desde simples exámenes psicológicos a
las víctimas de delitos para evaluar los daños o afectaciones que presentan, la
elaboración de perfiles de los criminales, estableciendo conductas, posibles
características y elementos que permitan su captura, hasta la autopsia
psicológica como proceso de identificación y determinación de la causa del
deceso en casos que presentan muertes violentas.
PSICOLOGIA DEL CRIMEN Y LA
DELINCUENCIA
La psicología del
crimen y la delincuencia es la ciencia de los procesos mentales y conductuales
del sujeto activo tanto adulto como adolescente (Bartol, 2002). Se preocupa
principalmente por la conducta criminal, como se adquiere, como se evoca, se
mantiene y se modifica. Investigaciones más recientes se han enfocado en las
versiones cognitivas del mundo del delincuente, mas en específico, sus
pensamientos, creencias, valores y como pueden ser estos entendidos y modificados
según sea necesario.[3]
La psicología
criminal examina y evalúa las estrategias de prevención, intervención y
tratamiento dirigidas a reducir el comportamiento criminal. La investigación en
crimen y delincuencia ha descubierto por ejemplo, que la violencia crónica
usualmente se desarrolla cuando los niños obtienen malas calificaciones, no
tienen buenas relaciones con sus similares, tienen padres abusivos o asisten a
escuelas que no controlan este tipo de conductas. (Crawford, 2002).
ANTECEDENTES
La frase “autopsia
psicológica” se refiere al procedimiento para reconstruir la vida psicológica
de un individuo después del hecho – muerte –, particularmente el estilo de vida
y sus pensamientos, sentimientos y conductas, manifestadas durante las semanas previas
a la muerte, con la intención de alcanzar un mejor entendimiento de las
circunstancias psicológicas que contribuyeron a esta. Los ingredientes
esenciales del método de la autopsia psicológica incluyen entrevistas con
personas cercanas, revisión de todos los datos y archivos existentes relativos
al difunto, y comprehensiva formulación por uno o más profesionales en ciencias
de la mente y estudios postmortem.[4]
Probablemente, el
primer estudio de autopsia psicológica fue el desarrollado por Zilboorg, un
incompleto estudio psicoanalítico de 93 casos consecutivos de suicidios
cometidos por policías de la ciudad de Nueva York, entre los años de 1934 y
1940. Este interesante pero relativamente desconocido estudio fue descrito por
Friedman (1967). El número de suicidios de policías durante este periodo se
elevo al doble en relación con el periodo similar anterior, probablemente
relacionado con las cruzadas contra actividades ilícitas que comenzó en 1933,
después de la elección de Fiorello LaGuardia como alcalde de la ciudad. El
estudio Zilboorg fue iniciado a petición de este alcalde a finales de 1939, y
consistió de un estudio comprehensivo de los casos, entrevistas con las viudas
y otros miembros de las familias, y el mismo fue realizado por un equipo de psiquiatras
y psicólogos, trabajadores sociales y antropólogos. Esta investigación se
enfoco en la psicodinámica de los motivos que pudieron conducir a los
suicidios, la regulación de impulsos agresivos y el rol que jugó la
disponibilidad de armas de fuego.
El primer estudio
completo de autopsia psicológica fue desarrollado entre 1956 y 1957, y fue
sobre 134 casos consecutivos de suicidios en San Luis, Missouri. (Robins 1981).
El intento de
reconstruir el perfil de personalidad y características cognitivas (en
especifico intencionales) de un individuo fallecido obtuvo nuevamente cierta
popularidad hacia el final del siglo 20. Este análisis psicológico postmortem es llamado evaluación psicológica reconstructiva,
análisis equivoco de muerte (Poythress, Otto, Darnes &
Starr, 1993); o más comúnmente autopsia
psicológica. (Brent, 1989, Ebert, 1987, Selkin 1987).
La autopsia
psicológica es un concepto que se desarrollo en el contexto del movimiento de
la intervención contra el suicidio. Farberow y Shneidman, psicólogos que
trabajaban para la administración de Veteranos en California se encontraron una
caja de archivo en el sótano del hospital donde laboraban. Dicha caja contenía
más de 200 notas suicidas de pacientes que habían terminado con sus vidas. La
investigación desarrollada sobre estas notas (Farberow y Shneidman, 1961), y el
desarrollo del Centro para Prevención de Suicidios en Los Ángeles. Trabajando
con la oficina de médicos forenses de Los Ángeles y el Departamento de Sheriff
de Los Ángeles, psicólogos, trabajadores sociales, psiquiatras, y demás
investigadores, desarrollo procedimientos para prevención de suicidios que se
volvieron el estándar para la prevención, intervención y posteriores
intervenciones del suicidio en la actualidad.[5]
En cuanto su
trabajo se fue dando a conocer, los trabajadores del Centro de Prevención de
Suicidios fueron contactados por representantes de la industria aseguradora,
buscando apoyo con un complejo problema logístico. En muchas instancias, las
compañías de seguros se encontraban en un conflicto en cuanto a pagar o no los
beneficios a los supervivientes del
fallecido, en casos donde existían razones para pensar que se había tratado de
un suicidio.
Como consecuencia de esto, la industria aseguradora solicito al
Centro de Prevención de Suicidios de Los Ángeles que desarrollaran una técnica
para determinar si la muerte había sido consecuencia de un suicidio. Como
resultado de esto, se desarrollo el método de la autopsia psicológica.
Utilizando los
resultados de su estudio y experiencia clínica, la gente del Centro de
Prevención de Suicidios de Los Ángeles desarrollo un procedimiento en el cual,
30 días antes del acaecimiento, se elabora una descripción psicosocial de las
actividades, relaciones interpersonales, actitudes y conductas del difunto, a
través de entrevistas. Dichas entrevistas habrían de ser aplicadas a la pareja,
parientes cercanos, vecinos, compañeros de trabajo y prestadores de servicios.
En la autopsia
psicológica original, un equipo de psicólogos y psiquiatras escuchaban una
presentación de toda la información pertinente relativa al caso. Cada
participante de esta actividad elaboraba una hoja con una síntesis
psico-dinámica – pistas que podrían indicar si se trato de un posible suicidio
u otra causa de muerte - .
Los elementos de
personalidad asociados con el suicidio en el formato original del estudio,
incluían, planeación del suicidio, comunicaciones relativas al intento,
depresiones y/o esquizofrenia. (Farberow & Shneidman, 1961).
La autopsia
psicológica fue originalmente vista como un modo de asistir a las autoridades a
esclarecer muertes que inicialmente eran ambiguas, inciertas o equivocas, en
razón de la causa de la misma (Shneidman, 1994).
Hoy en día, la
autopsia psicológica es principalmente realizada como un esfuerzo para alcanzar
una determinación de que pudo ser lo que había en la mente del difunto, hacia
el momento de su muerte, y particularmente si la muerte tiene alguna
característica de suicidio. (La Fon, 2002) identifica dos tipos básicos de
autopsia psicológica:
- Autopsia psicológica del suicidio, y
- Análisis equivoco de la muerte.
La meta de la
autopsia psicológica es comprender los factores que contribuyeron al suicidio,
mientras que la finalidad del análisis equivoco de muerte es determinar las
razones para esta.
METODO
El propósito
original de la autopsia psicológica – determinar si la muerte fue provocada por
el propio sujeto o no – aun es una de las principales razones para llevar a
cabo el procedimiento. Dentro del marco de la aplicación de justicia, este
procedimiento es usado como una herramienta en la investigación. Cuando ocurre
una muerte, es necesario para el sistema determinar si la muerte ha sido o no
por causas naturales.[6]
En la autopsia
psicológica, los científicos tratan de enfocarse en los componentes del
comportamiento del difunto, y determinar si se trato de una motivación auto
destructiva, consciente o inconsciente la que llevo al resultado[7].
Cuando se elabora
una autopsia psicológica como herramienta en una investigación criminal, los
siguientes elementos deben ser considerados:
- 1. El psicólogo debe determinar si la solicitud de la autopsia psicológica es o no factible.
- 2. Al psicólogo debe permitírsele acceso a toda la información necesaria para que desarrolle un trabajo profesional.
- 3. Debe permitirse un tiempo suficiente para desarrollar la actividad, usualmente 3 meses es tiempo suficiente.
- 4. Debe determinarse si la muerte ocurrió dentro de un marco temporal razonable y reciente, para que las personas que estuvieron en contacto con el difunto recuerden detalles importantes.
[1] http://www.rae.es/rae.html, Consultado en línea el 11 de Junio de
2010.
[2] IDEM
[3] BARTOL ANNE M., BARTOL CURT R., Introduction to
forensic psychology: Research and Application, 2da edición, Ed. Sage
Publications, Inc. USA, 2008.
[4]
MARIS RONALD W., Assesment and prediction of suicide, published by the American
Association of Suicidology. Guildford press, 1992.
[5]
BLAU THEODORE H., Psychological services for law enforcement, Ed. John Wiley
& Sons, 1994.
[6]
BLAU THEODORE H., Psychological services for law enforcement, Ed. John Wiley & Sons, 1994.
[7] Ídem.
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